Instrumentos de gestión forestal

Los Instrumentos de Ordenación Forestal (IOF) son la herramienta técnica que permitirá al propietario conocer la aptitud productiva del terreno respecto a los diferentes aprovechamientos que pretende, así como cuantificar su producción durante la vigencia del documento. A partir de este conocimiento, podrá organizar (planificar) la estructura empresarial de modo sostenible en términos ecológicos (mantenerla en el tiempo) y económicos (dimensionarla adecuadamente). Por tanto, los ITGF incluyen una descripción pormenorizada del terreno forestal. En particular, contiene un inventario forestal detallado que permite la posterior toma de decisiones de usos susceptibles de llevarse a cabo, así como la planificación de las acciones que se deben abordar a medio y largo plazo.

La finalidad de dichos instrumentos es:

  1. Fijar una planificación operativa de gestión, para cada monte ordenado, que permita y mejore la obtención de múltiples servicios ambientales y de producción compatible con la conservación de sus recursos y valores naturales intrínsecos.
  2. Promover la gestión forestal Activa y Sostenible (AyS) mediante los servicios ambientales, sociales y de producción.
  3. Contribuir al mantenimiento del empleo y población rural de las áreas de influencia de los montes mediante su gestión AyS.

Específicamente, existen diferentes tipos de ITGF, tal y como se ha visto en el marco legal, que pueden realizarse por los propietarios de un terreno: • PO de montes: objetivo que requiere inventario forestal preciso o montes con una extensión considerable. • PTGF: montes o fincas de pequeña extensión (> 25 ha) o sin un objetivo predominante de producción de madera, corcho, resina o con masas arboladas inmaduras. • PTGFS: fincas de titularidad privada con una superficie forestal inferior a 25 ha. Dicho plan es firmado por el mismo propietario y tiene una vigencia de 5 años. En los PO de montes y PTGF es firmado por un Ingeniero de Montes o un Ingeniero Técnico Forestal y la vigencia, hasta su revisión, es de 10 años.

Cuando se encarga el IOF al personal técnico redactor, se le debe exigir que el inventario incida en aquellos recursos que permitan conocer el potencial o aptitud del terreno para los objetivos de producción que se pretende, considerando además que la diversidad funcional del monte permite establecer un objetivo prioritario de la ordenación “ambiental”, con la finalidad de conseguir estructuras vegetales más resistentes y resilientes, al mismo tiempo que se favorece otros productos no maderables, como el pasto, las setas y la caza.
Por ejemplo, un área basimétrica 20 con una densidad de pies en torno a 600-800 pies/ha, con escaso estrato dominado, favorece la producción de pasto, setas, tiene escasa carga térmica, atrae especies de caza mayor que permanecen estables en este entorno y favorece la retención de agua en el suelo, al mismo tiempo que los tratamientos silvícolas para conseguir esta estructura permiten conseguir ingresos por madera para trituración o sierra.

Por último, se indica que si el ITGF está afectado por espacios naturales protegidos y otras figuras (Red Natura 2000, Microreserva de flora, Catálogo valenciano de materiales de base) se tendrá que incluir sus respectivos instrumentos de ordenación y gestión de espacios, evaluación de repercusiones, condicionantes y limitantes a observar, etc.


3.1. ESTRUCTURA TEMÁTICA DE LOS ITGF


A fin de conocer cuál es la estructura requerida en el Manual de los ITGF en la C.V., a continuación se incluye el índice del mismo con algunas reseñas. Sin embargo, no entraremos al detalle que se requiere al personal técnico redactor.

  1. Introducción
    1.1. Datos generales
    1.2. Antecedentes de gestión
  2. Los objetivos generales (OG)
    Destacamos que los OG del PO deberán ser compatibles con lo establecido en el PORF y podrán ser: desarrollo de servicios ambientales culturales, de regulación, de producción (aprovechamiento de madera, corcho, resina, setas y trufas, pastos, caza, miel, PAMC, frutos y semillas, entre otros) y de conservación y/o fomento de la biodiversidad.
  3. Descripción y estudio del monte
    3.1. Estado legal y administrativo
    3.2. Estado físico
    3.2.1. Orografía y configuración del terreno
    3.2.2. Litología y suelo
    3.2.3. Hidrografía
    3.2.4. Características climáticas

3.3. Variables Biológicas y Biodiversidad
3.3.1. Flora
3.3.2. Fauna
3.3.3. Hábitats de interés y elementos singulares
3.4. Servicios ambientales
3.4.1. Servicios de producción

3.4.2. Servicios de regulación
3.4.3. Servicios culturales
3.5. Estado forestal
3.5.1. Formaciones forestales
3.5.2. División inventarial
3.5.3. Inventario forestal
Se detallan particularidades del inventario en zonas destinadas a producción maderable donde predomina el monte bajo; en alcornocales productores de corcho; en pinares destinados a la producción de resina; particularidades del inventario en zonas destinadas a la producción pascícola; de otros recursos forestales y contenido mínimo del inventario.
3.6. Infraestructuras

3.7. Estado socio-económico
3.8. Diagnóstico del monte

  1. La planificación
    Su objetivo es definir las actuaciones a realizar en el monte acorde a los OG establecidos y programarlas en el tiempo y espacio.
    4.1. Zonificación y asignación específica de objetivos
    4.2. Plan general
    Se establece una planificación a largo plazo de carácter indicativo y estratégico, fijándose un modelo teórico de monte al que se pretende llegar o conservar según los objetivos ya establecidos y definiendo las medidas de gestión necesarias para lograrlo, así como el horizonte temporal que se determine.
    4.2.1. Ordenación de la vegetación
    Características selvícolas y dasocráticas

4.2.2. Ordenación de otros servicios o recursos
Ej.: producción de pastos, producción apícola, otras producciones
4.2.3. Planificación de las infraestructuras
4.3. Plan especial

El objetivo es establecer una planificación ejecutiva que programe, localice y cuantifique actuaciones concretas en el monte a fin de alcanzar los objetivos específicos del PO durante la vigencia establecida.
4.3.1. Vigencia
4.3.2. Plan de actuaciones
4.3.3. Estudio y balance económico

  1. Otros documentos de los ITGF
    5.1. Cartografía de los instrumentos técnicos de gestión forestal
    5.2. El libro de cantones y rodales
    5.3. El informe de afecciones a Espacios Naturales y Microreservas de Flora
    5.4. Resumen del proyecto o plan
    5.5. Indicadores de GFS

Consultar: ANEXO IV del Manual de Instrucciones para la redacción de Instrumentos Técnicos de Gestión Forestal en la Comunitat Valenciana: PTGFS

3.2. ESPECIFICACIONES DE LOS ITGF


En la parte de los IOF destinada a planificación se deben proponer modelos de gestión (ORGEST modelizados u otros específicos) dirigidos a la obtención simultánea de productos ambientales (incendios, paisaje, biodiversidad, etc.) y otros con valor de mercado (madera, pasto, hongos, etc.).
En general, en las zonas mediterráneas levantinas, la productividad y la calidad de estación suele ser muy baja, por lo que pretender tratar la masa para potenciar el uso comercial de recursos que requieren suelo, agua y temperaturas templadas, es ilusorio, por lo que se justifica plenamente dirigir los modelos de gestión a la obtención de multiproductos mejor adaptados a esta circunstancia: ambientales y productos alternativos a la madera.

Se requiere conocer el potencial productivo del terreno, la cantidad de recurso objeto de aprovechamiento y el coste de su obtención (no vale aplicar tarifas de cálculo generalizadas sino que se debe afinar en el apartado de presupuesto y adaptarse a las condiciones específicas del monte). Esto es en la parte de inventario y cálculo de existencias del IOF.
El modo de obtenerlo y su ubicación en el tiempo (próximos 10 años) se encuadra en el Plan Especial, en que el propietario o empresario debe priorizar las actuaciones, según su interés empresarial:

• Infraestructura viaria que permita acceder a los puntos de aprovechamiento
• Tratamientos silvícolas (incluye creación de discontinuidades de la masa, rasas en la masa para defensa de incendios, cultivo cinegético o plantaciones truferas o de PAMC) y cambios de uso (recuperación para plantación trufera o de PAMC en bancales abandonados).
• Mejoras de infraestructuras ganaderas: construcción de abrevaderos, apriscos, arreglo de fuentes, instalación de cerramientos móviles o fijos, etc.
• Mejoras de índole ambiental: construcción de charcas de uso múltiple por parte de fauna silvestre y doméstica, liberación selvícola de especies de interés ecológico, creación de áreas de baja carga (poca densidad de arbolado o desbrozadas), etc.

Una parte fundamental del IOF para el empresario es el estudio económico, en que se hace balance entre ingresos previstos de los productos esperados y el coste de su obtención. Este suele resultar negativo en una primera fase de instauración de producciones no madereras (sobre todo en el ámbito mediterráneo). Sin embargo, se requiere este apartado para fijar un plan financiero adecuado. Hay que incidir en este apartado de los IOF para que se exija al personal técnico redactor que no escatime esfuerzos en reflejar la situación económica real de la explotación programada. Si conviene, se debería

incluir en el IOF el cálculo del VAN anual (Valor Actual Neto) durante su vigencia, para tener una predicción estimada del plazo de recuperación de las inversiones y por tanto, la viabilidad económica de la planificación.
OJO!! Puede no ser viable aparentemente, pero esa situación se debe reflejar con el fin de no generar falsas expectativas y por otra parte, cuantificar el valor de actuaciones sin un gran retorno económico directo pero con un gran potencial de servicio ambiental (cuantificación económica de los PSA – Pagos por Servicios Ambientales).
Los recursos madereros deben incluir el cálculo inexcusable de la cuantificación de carbono retenido por la masa, tanto en aquella que es objeto de gestión como la que por inaccesibilidad u otra causa, no se pretende gestionar directamente. El mercado del carbono está presente y no se puede obviar en los IOF de cara al futuro.

Es importante incidir que la modalidad de IOF que generalmente interesa al empresario que pretende priorizar producciones NO madereras es el PTGF, dado que es más económico al no contener un inventario dasocrático tan exhaustivo como el exigido en los PO.
Los PTGF contienen todos los apartados necesarios para la planificación y cuantificación de potencial productivo del monte no maderero.


3.2.1. MODELOS ORGEST


Los modelos ORGEST son orientaciones de gestión multifuncional y aunque se refieren a los bosques de Catalunya, se destaca que, en estos modelos, la multifuncionalidad se aborda integrando un objetivo dual de producción y prevención de incendios, así como añadiendo posteriormente criterios de biodiversidad, secuestro de carbono y uso del agua.

En la tabla 1 se puede observar los diferentes modelos existentes respecto si los objetivos son de producción, producción y prevención o únicamente de prevención:

TABLA 1

A continuación, haremos mención a uno de los modelos de gestión (ORGEST) para la producción micológica en montes de pino silvestre (Pinus sylvestris L.):
Primero de todo, se destaca que la gestión forestal o técnicas selvícolas más idóneas para el mantenimiento y mejora de la producción de setas son iguales a las que se usan para la producción de madera, así como las que se aplican con otros objetivos de gestión – entresacas, podas o aclareos (Oria de Rueda et al. 2008). La producción de setas forma parte del funcionamiento del ecosistema forestal y la micosilvicultura ha de articularse a través de la gestión forestal. Por ello, tenemos que conocer las características que tiene que tener un bosque para la producción de setas y así, poder aplicar las técnicas selvícolas apropiadas para conseguirlas.

Además, la presencia de hongos micorrízicos es indicadora de un bosque vigoroso. Por tanto, los bosques gestionados que mantienen los procesos vitales activos pueden presentar una buena producción de setas. Además, se ha observado que (Bonet et al. 2004) los bosques más productivos desde un punto de vista micológico son también los que mantienen mayor diversidad fúngica.

Así pues, parece posible realizar una gestión dirigida a la producción de setas que busque una integración con la producción de madera y resulte en una gestión rentable (Pilz et al. 1999; Alexander et al. 2002; Palahí et al. 2009).
Se plantea como reto científico y técnico abordar una selvicultura multifuncional, que contemple aspectos de producción de madera y de setas, y que además integre la protección de las masas forestales ante incendios forestales; generar modelos de gestión e itinerarios silvícolas que incluyan objetivos diversos (Bonet et al., 2012)
Consulta recomendada: proyecto demostrativo LIFE+ DemORGEST 2012-2017.

3.2.2. GESTIÓN MICOLÓGICA EN LA COMUNITAT VALENCIANA, conceptos integrados en un Plan técnico


Tal y como hemos visto, el objetivo del Plan Técnico es definir la organización espacial y temporal junto con otros aspectos que permitan la regulación del aprovechamiento micológico en los montes. De este modo, se facilita la gestión micológica de forma sostenible y ordenada. Concretamente, el artículo 59 del Decreto 58/2013, de 3 de mayo, del Consell por el que se aprueba el PATFOR establece que la declaración de coto micológico requiere autorización administrativa previa de aprovechamiento, previsto en un Instrumento Técnico de Gestión.
Entre los objetivos de un Plan General de Gestión Micológica Sostenible, encontramos:

  1. Aprovechamiento sostenible del recurso micológico.
  2. Compatibilizar el aprovechamiento micológico con otros usos.
  3. Favorecer la obtención de rentas del monte.

Concretamente, el modelo productivo de la gestión micológica contempla prescripciones de intervención y acciones de mejora del monte que se encaminen a favorecer dicha producción. Éste podrá ser adoptado en aquellas unidades de gestión que estén dotadas de un instrumento de ordenación forestal

propio y que contemple las prescripciones y acciones anteriores. Por otra parte, el modelo de no intervención consiste en la extracción de la posibilidad micológica natural sin potenciar la productividad del terreno.
La compatibilidad del aprovechamiento micológico respecto a los usos del monte más habituales se clasifica como:

  • Usos compatibles: se definen como aquellos que se pueden realizar en el mismo espacio y tiempo sin interacción negativa. Los más habituales en los usos del monte son: biodiversidad, agrícola, ganadería, conservación del medio y recreo.
  • Usos que son parcialmente compatibles, es decir, que se pueden realizar en el mismo espacio sin interaccionar negativamente, pero no simultáneamente (caza y selvicultura).
  • Usos incompatibles son aquellos en los que la realización de uno impide la del otro (uso apícola).

Por último, respecto al plan de mejoras micológicas, se destaca que los tratamientos de hábitats tienen como objeto la mejora de la productividad fúngica del medio natural, así como las condiciones del terreno para la recolección de setas.